Oremos siempre!

05.04.2014 21:27

Con la parábola de la viuda insistente Jesucristo nos anima a orar incansablemente clamando al Padre de día y de noche. También el apóstol Pablo en su primera carta a los Tesalonicenses dice en el Capítulo 5, verso 17: “Oren sin cesar”.
 
Talvez lo hayamos comprobado alguna vez, cuando hemos temido alguna situación y nos hemos dedicado a pedirle al Señor insistentemente algo, Él nos ha ayudado, pero cuando “nos atenemos”, cuando damos por hecho que las cosas nos van a ir bien y no oramos lo suficiente, las cosas no necesariamente se dan como lo esperábamos.
 
El secreto es que Dios quiere ocupar el primer lugar en nuestras vidas “Busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas” (Mateo 6,33), eso quiere decir que nuestra vida debe girar alrededor de Él, entonces para que Dios nos bendiga, para que intervenga con poder, para que ordene nuestros pasos, debemos orar siempre.  Los hombres y mujeres que han logrado conquistar de una forma especial el corazón de Dios han sido hombres y mujeres de oración. Por ejemplo en el libro de Daniel leemos que oraba tres veces al día (Daniel 6, 13), la reina Ester ayunó y oró por tres días antes de presentarse ante el Rey Asuero y vemos que lo primero que hacía Abraham al llegar a algún lugar es construir un altar, solo por mencionar algunos ejemplos. Así, es muy importante recordar esto, cuando más necesitemos la intervención de Dios en nuestra vida, más tiempo debemos apartar para orar.  Jesucristo mismo apartaba tiempo para orar. Tal como nos instruye entremos en nuestro cuarto y cerrada la puerta oremos al Dios que ve en lo secreto y recompensa en público (Mateo 6,6). Finalmente reflexionemos que si no tenemos grandes recompensas, debemos pasar más tiempo en el “secreto”. Oremos insistentemente.

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